Hacer trabajo en cadena de forma personal con #GTD
¿Qué queda del hombre si el proceso de producción elimina del trabajo todo atisbo de humanidad haciendo de él una mera actividad mecánica?
Ernst Friedrich Schumacher
La fabricación en cadena supuso para la industria una revolución a la hora de fabricar, dando un giro copernicano a la manufactura, que no se entendería como hoy la conocemos sin ese necesario paso. Tienes más información aquí.
Aunque David Allen no lo menciona en ninguna de sus obras, la metodología Gettings Things Done (GTD) recuerda en su propuesta a alguna de las características del trabajo en cadena. Veamos algunos ejemplos de estos principios comunes:
- Separar pensar de decidir: Aunque puede parecer sorprendente, pensar está infravalorado y, además, nos cuesta mucho trabajo. Bajo la creencia errónea, tomada de la gestión del tiempo, de que lo productivo es hacer muchas cosas, con frecuencia se da la situación de que pasa el día, no hemos parado de hacer cosas y, a pesar de ello, tenemos la sensación de que no hemos hecho nada. También se da la situación contraria, en la que dilatamos pasar a la acción, con la excusa de que tenemos que pensar. A esto se le conoce como «síndrome de parálisis por análisis». En el trabajo en cadena se diseña previamente que hay que hacer, de manera meticulosa y buscando la máxima eficiencia. Se piensa, una vez, y luego se ejecuta lo pensado. De esta forma, evitamos «hacer por hacer» y también evitamos la «parálisis por análisis». Como dice José Miguel Bolívar, si se hace bien, solo es necesario pensar 2 o 3 veces al día. De esta manera, una vez que hayamos definido cada tarea y la hayamos ubicado en la lista adecuada, hacer será más sencillo y eficiente.
- Hacer las cosas paso a paso: Como ya decía en este post, tenemos la tendencia a empezar un gran proyecto y acabarlo. Esto genera que tardemos en empezarlo, o que cuando lo queramos hacer no se den todas las circunstancias adecuadas. En la fabricación en cadena de un coche, no se fabrican los coches de uno en uno, de principio a fin, sino que se van completando en pequeñas etapas. Por ejemplo, si estamos colocando las puertas, colocamos las puertas de todo el lote. Esto hace que se tarde más tiempo total en fabricar un coche completo, pero el tiempo proporcional por coche fabricado es incomparablemente menor. Además hay una ventaja adicional, y es que si hacemos pequeñas tareas repetitivas para fabricar el coche, la posibilidad de equivocarnos disminuye y además aparecen sinergias, como por ejemplo poder trabajar de forma continua con una misma herramienta. Aplicando este principio al trabajo del conocimiento, si tenemos que hacer varios informes, tiene más sentido que busquemos documentación en los archivos de varios informes, que ir al archivo cada vez que vayamos a realizar un informe a buscarlo.
- Hacer en cada momento lo mejor: A la hora de fabricar el coche se delega a cada trabajador la realización de una pequeña tarea para la que es especialista. En el caso de la productividad personal, GTD desarrolla los contextos para realizar acciones por lotes, de manera que hagas lo más adecuado en función de la situación concreta en la que te encuentres. Si por ejemplo estás esperando a un cliente que se retrasa, podrás aprovechar para hacer otras acciones que tengas disponibles en ese momento.
En el trabajo en cadena hay que tener en cuenta que gran parte del valor se consigue en la fase de pensar, más compleja y que requiere un mayor esfuerzo. Por eso tiene sentido concentrarla y hacerla de la mejor manera posible, además de separarla de la parte de ejecutar, donde buscamos eficiencia.
Hacer trabajo en cadena de forma personal con #GTD es el equivalente a la revolución industrial en el trabajo del conocimiento.